Este año es para mí el año del amor. ¡Todo el mundo se casa! Llevaba años dándole la lata a mis amigas con que quería ir de boda, qué a ver cuando se casaban... Y nada, al parecer tengo un gran poder de convicción y este año tengo nada más y nada menos que cuatro bodas.
Y es que a veces no hace falta nadie más: una boda sin invitados. Solos tú, él y la boda que (de verdad) queríais.
¿Qué nos puede llevar a hacer una boda sin invitados? Hay quien solo con pensar en ser el centro de atención y tener mil y un ojos puestos encima ya le entra urticaria... O simplemente a modo rebelión saltándose todos esos protocolos y reglas que rodean a las bodas.
Os preguntaréis, que sentido tiene celebrar una boda donde sólo estén presentes los novios... Pues yo creo que tiene todo el sentido del mundo, porque... ¿no habéis escuchado nunca que el resto del mundo no importa si estáis juntos? Además que una boda sin invitados ofrece mil y una opciones a celebrarla a vuestra manera.
Podéis escoger vuestro lugar favorito en el mundo para celebrar la ceremonia bajo un ritual que os hayáis inventado vosotros mismos o leyendo algún escrito hecho por vosotros. El banquete no será un quebradero de cabeza de precios y número de invitados sinó que podréis disfrutar de vuestro banquete favorito, ya sea una hamburguesa con patatas o el último restaurante al que le han otorgado una estrella Michelin. Y el baile, podréis bailar como si nadie os viera, sólo vuestra canción favorita vosotros, y un mágico escenario.
 |
| Fotos vía: Benj Haisch |
¿Qué os ha parecido celebrar una boda sin invitados? ¿Celebraríais la vuestra así?
¡Feliz San Valentín!
P.D. El año pasado por San Valentín, os hablaba sobre la Teoría del Aguacate.
- Montse -
No hay comentarios:
Publicar un comentario